Patricia Hernández Gutiérrez

Patricia Hernández (21 de febrero de 1980) es la primera mujer alcaldesa de la historia de Santa Cruz de Tenerife.

Creció entre los barrios de La Salud y El Perú y, actualmente, vive en el barrio de San Antonio, en Ofra.

Posee una extensa carrera política que le ha llevado tanto a las Cortes como al Gobierno de Canarias, aunque en múltiples ocasiones ha declarado que desde niña su sueño era ser alcaldesa de Santa Cruz de Tenerife.

Es diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de La Laguna y compaginó sus estudios académicos con los estudios de Violonchelo en el Conservatorio de Tenerife.

Como casi todos los jóvenes de su época trabajó en muchos sitios con la idea de ganar un dinero con el que echar una mano en casa y presume de haber sido limpiadora y de haber sido promotora de productos típicos gomeros o camarera, entre otras cosas.

Desde muy joven destacó por su defensa de los derechos de los ca­narios desde asociaciones de estudiantes, siendo una de las fundadoras de la Asociación Canaria de Estudiantes Progresistas (ACEP).

En el año 2002 trabajó para el sindicato UGT y también fue la responsable del proyecto de Economía Social para la Asociación para el Fomento de la Igualdad de los Derechos Sociales en 2003 y la responsable del proyecto de Prevención de la Violencia de Género para Asociación Mujeres Jóvenes de Canarias Adei entre 2003y 2004.

Luego la vida le cambió radicalmente cuando la ciudadanía de Tenerife la convirtió en senadora por el Partido Socialista, siendo reconocida como Senadora Revelación por la Asociación de Periodistas Parlamentarios.

Estuvo en la Cámara Alta durante dos legislaturas hasta que resultó elegida diputada nacional en el año 2011, obteniendo nuevamente el premio que otorga la Asociación de Periodistas Parlamentarios, esta vez como diputada revelación.

En el año 2015 encabezó la lista más votada al Gobierno de Canarias, convirtiéndose en la primera mujer en ganar en voto en el Canaria y siendo vicepresidenta del Ejecutivo y consejera de Políticas Sociales durante 18 meses, momento en el que rompió con sus socios de gobierno y se fue a la oposición por desacuerdos a la hora de priorizar la atención a las necesidades básicas de la población canaria.

Durante los dos años y medio posteriores desarrolló una exhaustiva actividad de control parlamentario al Gobierno como diputada y como miembro de la Mesa de la Cámara.